Lo único que me preocupa en mi vida es mi salud mental, el resto lo soluciono fácil.

Cuando de joven la vida te da un golpe muy duro, aprendes que tienes que aceptarlo, y una vez que logras aceptarlo te crees invencible y es ahí donde te das cuenta que lo que te sucedió fue algo bueno, te tiene que suceder para que cambies radicalmente.

Yo cuando quedé internado en el hospital Pereira Rossell y vi que venia para larga la cosa, lo primero que hice fue buscar un asistente social, Carla Malán, a ella le pregunté si conocía dentro del hospital a algún psicólogo, porque ya me imaginaba el terrible golpe traumático que se venía y no se trata de ser fuerte o no, porque nuestro cerebro funciona de determinada manera, pero cuando se lo coloca en situaciones extremas, biológicamente no responde y puede que perdamos su control y ahí si que es un verdadero problema, tener un psicólogo que nos haga un seguimiento a Romina y a mi, nos aseguraba que por lo menos no nos íbamos a descontrolar y que íbamos a tomar las mejores decisiones posibles. Carla Malán nos presentó a la psicóloga Elidema Morales, realmente se conmovieron con el caso, era realmente fuerte, una pareja de jóvenes con una menor de dos años a cargo, solos en una ciudad nueva y más urbanizada como es Montevideo, con otro ritmo, sin trabajo hacía varios días y sin un dato que nos asegurara el tiempo de internación, (fueron 4 meses) un hijo internado en CTI neonatal al cual solo dejan pasar algunos minutos y que no existe un lugar en Montevideo que nuclee a la familia, madres e hijos por un lado, padres por el otro, para las madres existe un poco más de comodidad, el hospital solo es para niños y mujeres, casi que no existe ningún servicio para padres, a todo eso se le suma la internación de un hijo con una enfermedad congénita grave que no voy a detallar y todo eso genera en pocos días una terrible desorientación, inseguridad, incomodidad, te baja la autoestima, te aplasta, realmente sentís que tocas fondo, te desespera no encontrar una solución, te ahogas terriblemente en una mezcla de impotencia y dolor profundo.

Experimentados esos límites la mente comienza a jugarte una mala pasada y no entiendes que sucede, el más horrible de los estados mentales es la ansiedad, la ansiedad, mal llamada “nervios” es el miedo a no saber que va a suceder, y te carcome por dentro y repercute en cualquier cosa según el organismo, existen diferentes grados de ansiedad, el más leve es por ejemplo lo que se experimenta antes de salir a dar un discurso en un acto de fin de curso, pero es tan leve que casi que es una linda sensación, muchas veces genera la sensación de ganas de orinar, yo puedo decir que experimente una de las más fuertes, justo antes de hablar con un psiquiatra para pedirle ayuda con algún medicamento, los partes médicos los daban aproximadamente a las 12:00 del mediodía, podía ser antes o después, por eso había que estar con tiempo, es una sensación que no se puede describir con palabras , al menos voy a intentarlo, literalmente sentís que el corazón esta más frio respecto al resto del cuerpo y es una sensación horrible, se inhibe esa sensación de placer que se siente justo después de respirar hondo, o sea, intentas respirar hondo pero los pulmones no se expanden lo suficiente y quedas con las ganas, quizás de diez intentos puedas respirar hondo uno, los colores se distorsionan y pierdes noción (en lapsos cortos) de tiempo y espacio, no entendiendo si estas dormido o es un sueño, el corazón se descontrola generando subas y bajas de presión arterial en minutos, lo que genera mareos o puntadas en la cabeza, boca seca y todo esto una terrible incomodidad, ya se me había ido todo de las manos y mi mente estaba al borde del colapso, como luego me lo confirmó la psiquiatra, hable con la psicóloga y le pedí que por favor me pasara a la psiquiatra, le explique que hasta cierto punto pude controlarme, pero que ahora era algo más potente que me dominaba, la psiquiatra me explicó con otras palabras, lo siguiente: El cerebro funciona con sustancias químicas que a la vez reaccionan con electricidad, estas sustancias químicas las producen unas glándulas (si mal no recuerdo la sustancia se llama serotonina) y se encargan de inhibir por ejemplo el enfado, el sueño etc. Cuando la mente es prolongadamente expuesta a situaciones de mucho estrés, la glándula trabaja a toda máquina tratando de producir la serotonina para que nos siéntanos bien, pero es más la demanda que lo que producen las glándulas por tanto se agota y el cerebro comienza a funcionar y reaccionar de diferentes maneras, nos ponemos agresivos, no dormimos de noche, se va el apetito o se multiplica etc. Todo esto se soluciona con una píldora que le devuelve al cerebro lo que necesita para que funcione correctamente.

Justo a tiempo, de esperar un par de días más no se sabe lo que puede haber pasado, quizás mi mente se descontrolaba tanto que quizás no buscaba ayuda y terminaba optando por el suicidio, generalmente es el paso siguiente en este tipo de depresiones, pero por suerte aún estaba lúcido y pude buscar ayuda y desde ahí entendí cómo podemos perder el control de nuestro normal razonamiento, desde ahí, ya no me causa risa cuando veo un "loco" (de verdad) en la calle gritando boludeces, solo me da lástima que no halla buscado una solución a tiempo para su problema de turno.

Y es por eso que digo que teniendo salud mental, todo se puede lograr, no me refiero a querer tener una casa ir y conseguirla, me refiero a poder razonar un plan estratégico y proyectarse para en un futuro conseguirla, no digo que vas a tener a alguien gravemente enfermo en tu familia y lograr que se cure, lo que digo es que al tener salud mental, tienes la herramienta para modificar tu pensamiento y aceptar lo que se viene, no perder las esperanzas nunca, pero si ser realista y aceptar que la vida no es otra cosa. Me puede faltar un brazo, puedo quedar ciego, inválido, no importa, hay mucha gente así y créanme disfrutan más la vida que nosotros, pero perder realmente la cordura es algo horripilante, no ser dueño de la propia mente es increíblemente espantoso, no se que dices tu.